Hace más de un mes que entró en vigencia la Ley Karin 21643, al alero del Convenio 190 ,una normativa que viene a dar una esperanza a las víctimas de acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo.
La Ley implica, poner en acción no sólo en palabras “el Buen Trato” o “Buenas prácticas”, es algo más profundo para que exista un cambio cultural laboral, sobretodo cuando hablamos de relaciones interpersonales, con colegas que pasan 8 horas diarias compartiendo aún más que con sus propia familias.
El hablar de protocolos significa saber educar a los trabajadores y a los altos cargos de las empresas e Instituciones Públicas, no sólo verborrea sino que medidas de acción, para que el fin de la ley se cumpla, esto es LA PREVENCIÓN.
No basta con tener protocolos que indiquen canales de denuncia, personas encargadas de recibirlas, plazos de investigación, reglamento interno, etc, implica tomar de una vez por todas una tarea preventiva efectiva de los trabajadores,y enseñarles derechos y obligaciones que tenemos cuando somos denunciantes o denunciados.
Debe existir una motivación real por el empleador que incentive la necesidad de que sus trabajadores quieran “aprehender” sus derechos y obligaciones, y que enfrenten el tema legal que les corresponde conocer como ciudadanos , antes que se ocasione el conflicto.
¿Creen ustedes que con capacitaciones basta?, ¿cumple el empleador el deber de prevención que le impone la Ley? Absolutamente NO.
Debe existir un sentido genuino de educar legalmente a la comunidad para que abordemos el tema del acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo de una vez por todas, en forma seria y efectiva.
Existen intervenciones psicológicas, coaching, conversatorios, mediaciones y tantas formas de mantener la atención de aquel trabajador desmotivado, pero debemos trabajar en incentivarlos a darles la importancia que por tanto tiempo… les han hecho ver que no existe.
Devolverle el real valor al sentido de ser un trabajador, que respete para ser respetado, que tenga comunicación efectiva y que se termine la cultura del chisme, lo que debilita equipos y en definitiva empresas e Instituciones Públicas.
Invito a la nueva administración que llegue a nuestra comuna a preocuparse de instaurar el respeto entre los trabajadores, que vele por el cumplimiento de la normativa que viene a prevenir un flagelo tan desastroso y que deja consecuencias tan profundas, como lo es el acoso laboral.
Exijamos fiscalizaciones de las Instituciones como Contraloría e Inspección del trabajo, investiguemos en tiempo y forma y que las sanciones se traduzcan cuando corresponde, en ejemplos para que prime el respeto y tolerancia en los equipos de trabajo, para que hagamos de Pucón una mejor comuna para vivir.