Vivo en Pucón hace 3 años, 7 meses y 9 días. Y aunque las columnas no suelen partir así, voy a darles un poco de contexto sobre mí antes de hablar de todo el resto. Es la ventaja que me dio mi editor, cuando me pidió aclararles quién soy y explicar el porqué de este titular y todo lo que les planteo. Aunque parezca ridículo, me instalé aquí después de hacerme a mí misma una consultoría de innovación con el mismo método con el que por mucho tiempo asesoré a otros a llevar adelante sus proyectos. Hace una década que mi trabajo es analizar tendencias y acompañar a organizaciones a adaptarse a sus entornos cambiantes, integrando la innovación y el emprendimiento como herramientas habilitantes para enfrentar las grandes transformaciones y exigencias que van surgiendo.
Llegar aquí, y haber tenido la oportunidad de hacerlo junto a un nacido y criado, me abrió los ojos. Pucón se destaca por muchas razones y la gran mayoría de ellas son bastante positivas. Somos el destino turístico que somos y nuestra población se ha duplicado en el último tiempo única y exclusivamente porque el atractivo de este lugar es inmenso. Puede no haber trabajo, puede no haber colegios, pero aún así son muchísimos los que día a día se están viniendo.
El gran déficit habitacional en las grandes ciudades de Chile, la escasez hídrica avanzando de norte a sur y una desertificación global que azota a nuestro país más que a cualquiera. En paralelo, la era del teletrabajo, el autoempleo y una gran cantidad de personas que están optando por poner el propósito y el sentido de vida en el centro. Mientras tanto aquí desafíos en aumento: el drama de una economía estacional, colapso en las calles, en colegios y en vertederos, deforestación, pérdida de biodiversidad, saturación del lago y una lista interminable de problemáticas que, sin ánimo de alarmar, simbolizan tendencias globales de muchos otros lugares que crecen explosivamente por el éxodo urbano en busca de una mejor calidad de vida. Entonces es inminente, estamos obligados a tomar una decisión.
Ver estos desafíos como obstáculos insuperables sería el más grave y terrible de los errores. Al analizarlo como un fenómeno social, nuestra única opción es convertirlo en una oportunidad para activar motores de cambios drásticos que incluso nos permitan destacarnos aún más. Y así plantearnos la posibilidad que no muchas ciudades han tenido, de planificar el cómo queremos avanzar y la manera en que nos queremos desarrollar.
La pregunta obvia que viene a continuación ¿cómo lo vamos a lograr? La experiencia de otras ciudades, desde Medellín a Copenhaguen, nos muestra que la colaboración radical es esencial. No se trata de tener todas las respuestas de antemano, sino de unir fuerzas y explorar juntos nuevas soluciones. Para eso es clave entender que la comunidad, el territorio, la academia, las empresas, visionarios y creativos, cada uno tiene un papel fundamental.
Los desafíos de Pucón hacen que tenga el potencial de ser un impulsor, catalizador y atractor de mentes innovadoras y emprendedoras deseosas de probar soluciones únicas, donde las ideas converjan para resolver problemas específicos y, por qué no, donde los éxitos locales se conviertan en ejemplos de inspiración a nivel global. Cuando hablamos de innovación no hablamos solo de mandar cohetes al espacio o encontrar la cura de enfermedades complejas. Para instalar la innovación como capacidad para abordar y gestionar cambios, debe fomentarse a todas las escalas. En colegios, universidades, en las casas, en el sector público, en el almacén del barrio y en la gran empresa privada. La única regla es que sea capaz de generar cambios, y que esas transformaciones generen un impacto positivo que brinde soluciones a problemas reales, desde el más rutinario al más complejo. De a poco, fallando, testeando, corrigiendo y mejorando.
Hace un año Glocal y Sustenta Pucón, se propusieron hacer un experimento. Unimos a actores locales y nacionales, sumamos a la academia, organizaciones civiles y privados para crear el primer fondo de innovación de Pucón. Gracias al apoyo de Banco de Chile, Isa Intervial, Andacor y Trailenco repartimos 30 millones en financiamiento, contamos con 17 aliados, asesoramos a 15 proyectos con una red de más de 50 mentores y cumplimos el 207% de nuestra meta: 311 proyectos postulados, siendo un 56% de Pucón y solo un 18% en fase de idea, todo el resto con prototipos, usuarios y clientes. Un éxito rotundo que puso en manifiesto el gran potencial y talento al servicio de los desafíos locales.
Gracias a esos resultados, en pocas semanas lanzaremos su segunda versión. Una convocatoria de innovación abierta que a través de un llamado nacional esta vez busca financiar y apoyar a soluciones enfocadas en los desafíos de toda la norpatagonia. Pucón será nuevamente escenario de una invitación que lo pondrá en la lupa del ecosistema de innovación nacional y que en este nuevo llamado trae novedades con las que vincularemos de manera aún más efectiva lo local con lo global. Una iniciativa diseñada para mirar los desafíos de una manera diferente, a abrazar la diversidad de ideas y perspectivas. Una convocatoria que se plantea hacernos pensar más allá de las convenciones y a convertir a Pucón en una auténtica ciudad innovadora que sea un ejemplo de que la capacidad de trabajar juntos, nos puede llevar a avanzar muchísimo más lejos de lo que solos nos podríamos plantear. Bienvenidos los amplificadores de este llamado que, al igual que diario El Trancura, se quieran sumar a la colaboración radical.