Durante el segundo semestre de este año, La Fundación Sagrado Árbol ejecutó un plan piloto llamado Proyecto Aula Bosque con los alumnos, docentes y apoderados del 5º año de la Escuela José Miguel Martínez Soto de Palguín Bajo en el que se busca construir un espacio de aprendizaje y conexión con la naturaleza a través del rescate y traslado de árboles nativos que se encuentran en zonas vulnerables por proyectos inmobiliarios u otros peligros. El proyecto que es completamente autogestionado por la fundación es un primer ejercicio que busca que los más pequeños puedan aprender a convivir con la naturaleza.
Este es el primer proyecto piloto que la Fundación Sagrado Árbol levanta en un colegio público y rural esperando, tras su éxito, poder replicarlo en otras instancias. La presidenta de Sagrado Árbol, Rocío Ávila Veloso nos cuenta acerca de los objetivos de su trabajo: “Como fundación tenemos un propósito, una misión y una visión de recuperar el valor de la vida, de recuperar el valor de los árboles como seres vivos, como la importancia de estos seres para el equilibrio de todo el planeta. Árboles, me refiero a bosques y biodiversidad”.
Es con este propósito es que buscan lugares donde los árboles nativos serán sacados o cortados para rescatarlos y trasladarlos al vivero de la fundación donde son recuperados. Luego de esto es donde entra la construcción del Aula Bosque en conjunto con la comunidad escolar como nos cuenta Rocío: “Después los llevamos a la escuela para devolverlos a la tierra junto con la comunidad escolar. Junto con los niños, padres, docentes, etc. Les contamos esto de la importancia de recuperar, la importancia de que el bosque avance en vez de que retroceda, esa también es nuestra visión. Y sobre todo que los niños, las nuevas generaciones, nosotros como padres también podamos tener muy clara la visión de que esto es como un eslabón para que todo en este planeta tenga un equilibrio. digamos que sin los árboles, nosotros no podríamos existir. A ese punto de importancia”.
La propuesta que se hace a la escuela es de 5 módulos de acompañamiento, presentación con los estudiantes y salidas a la naturaleza de reconocimiento del bosque nativo local según nos relata la presidenta de la fundación Sagrado Árbol: “Ahí entra todo el proceso de re educarnos y en este caso, en la escuela sería el proceso de educación medioambiental. La importancia para nosotros es que ellos mismos se sientan vinculados con la naturaleza desde el mismo instante en que primero tenemos la misión de cuidarlos, de recuperarlos o de no cortarlos. Esa es la primera misión de saber la importancia y con ello ya abordamos el proceso de replantarlos de traerlos a los espacios educativos para que sean aulas vivas donde el niño, la niña, el docente, el apoderado, volvamos a aprender de esta gran maestra, que nosotros decimos, que es la naturaleza”.
El Aula Bosque construido con estos árboles rescatados se transforma para los estudiantes de la escuela José Miguel Martínez Soto un lugar donde pueden aprender biología, ciencia, arte, entre muchas otras materias. Además un punto muy importante para Rocío Ávila Veloso es crear un espacio distinto a la sala de clases tradicional: “Que sea un espacio donde los niños se puedan sentar, puedan correr, puedan investigar, puedan sentir, puedan recuperar esta conexión con esta naturaleza viva que nos enseña biología, espiritualidad, ciencia, todas las áreas”.
El proyecto comprende una extensión de dos años para que pueda ser eficiente como objetivo de la Fundación Sagrado Árbol. Es por eso que es muy importante que los jóvenes estudiantes de 5º básico, con quienes se implementó este proyecto, puedan comprometerse con el cuidado y mantención de esta aula que es de utilidad para toda la escuela, pero también es importante que puedan traspasar el conocimiento adquirido a sus compañeros para que toda la comunidad se vuelva parte del cuidado y la comprensión de lo que implica esta Aula Bosque como nos cuenta Rocío: “Así la responsabilidad, el cuidado depende no solo de uno sino que de todos, pero también se puede traspasar este conocimiento y práctica”.
La implementación del proyecto comenzó en otoño de este año el cual es el clima ideal para realizar los trasplantes de los árboles, las siguientes temporadas se realizó un seguimiento y un trabajo en conjunto con los estudiantes hasta dejar construida esta aula con especies endémicas de la zona, todos identificados con sus nombres.
Para Rocío Ávila Veloso este proyecto de recuperación de los árboles nativos también es muy importante para el bienestar de la comunidad involucrada: “La salud del ser humano es primordial para que todo esté en equilibrio. Como cualquier mamífero, como cualquier especie, necesitamos que nosotros estemos en salud. Entonces entendemos que la naturaleza nos proporciona, no solo la salud mental, en conexión con la naturaleza estamos en mayor salud mental, en salud espiritual que es volver a esta idea de quiénes somos, volver al valor de la vida a través de la espiritualidad que nos conecta con la biología también, no tiene porque ser algo separado. Entonces también entendemos que nos trae, a partir de eso, salud emocional y salud física”.
Es por eso que el Aula Bosque busca también para quienes lo impulsan una propuesta de repensar la educación actual: “La importancia de que el ser humano lo volvamos a entender cómo este ser completo que somos y poder empezar una nueva concepción de educación también. Entender la educación como algo emocional, espiritual, mental, físico. Que la educación sea, como quizás fue en algunos tiempos más antiguos, más holística donde integraba todos los aspectos del ser y entendemos que la naturaleza es una gran maestra para esto porque nos permite espacios sensoriales, nos permite conocer cómo se manifiesta la vida. En eso que el niño se puede sorprender desde un ave, hasta una mariposa, no se, desde el insecto hasta los otros reinos vegetales. Recuperar esta conexión profunda que teníamos con la naturaleza, esta conexión en que nos sentíamos parte de la naturaleza”.
Con los buenos resultados que se han obtenido luego de estos meses desde que comenzó el Proyecto Aula Bosque, los miembros de la Fundación Sagrado Árbol ya comienzan a buscar otros establecimientos en los que replicar esta iniciativa, pero también queda un trabajo de seguimiento en la Escuela José Miguel Martínez Soto para que la iniciativa pueda enraizarse como nos relata Rocío Ávila Veloso: “Las evaluaciones seguirán el próximo año obviamente. Nosotros sabemos que tenemos que estar ahí para que esto realmente se muestre como el beneficio, no solo en el éxito del plan de dejar el Aula Bosque, que es absolutamente uno de nuestros propósitos, pero también lo que está despertando en toda la comunidad educativa, porque también nos han dicho, al igual que los niños, los docentes y toda la directiva, la necesidad que tenían ellos de encontrar un espacio que bajara los ritmos de estrés. También es importante entender que si hay un nivel de estrés dentro de las escuelas, si hay un nivel de exigencia, si hay un nivel de distintas cosas que suceden este espacio verde de naturaleza va a hacer que se pueda armonizar”.
Es un nuevo espacio para la escuela de Palguín Bajo construido en conjunto con la comunidad escolar y la Fundación Sagrado Árbol que va más allá de la construcción de un espacio natural dentro del recinto, sino que busca reconceptualizar la enseñanza y la forma de aprender con una conexión directa con la naturaleza y que además es parte del trabajo que realiza la fundación de rescatar los árboles nativos que se encuentran en riesgo. Una iniciativa que esperan poder replicar a futuro en otros colegios rurales de la comuna.