Desde que comenzó el escándalo que sacude al Gobierno y al Frente Amplio se acrecentó una grave deficiencia de nuestro ciclo político actual y es un hecho que poco se ha comentado dentro de esta polémica.
A partir de lo que desencadenó el Caso Convenios, la ciudadanía sabe que no existen proyectos políticos probos en este país. Todos los gobiernos han tenido serias deficiencias en administrar el dinero fiscal de forma honesta. De los tres tercios políticos históricos, ninguno es irreprochable. Izquierda, derecha y centro ¿Cuál es el conglomerado que puede jactarse de no contar con escándalos de corrupción? La situación deja a los ciudadanos a la deriva.
El Frente Amplio logró consolidar una gran expectativa en el electorado que lo llevó al gobierno con la promesa de no cometer delitos económicos con dineros provenientes del presupuesto nacional. Ese reencanto que había surgido, sobre todo en sectores jóvenes, se fracturó irremediablemente y deja a la izquierda sin uno de sus pilares de campaña más potentes y a una generación sin referentes políticos válidos.
Mientras tanto, partidos de derecha y del centro olvidaron rápidamente que pidieron fraudulentamente dinero a empresas interesadas en intervenir en las políticas públicas de nuestro país. Todo este mes la ciudadanía ha visto con disgusto cómo políticos involucrados en casos de corrupción piden a través de los medios nacionales rendir cuentas claras. Simplemente se cree que la ciudadanía olvida de quién era la mano que buscando monedas se entrometió en el bolsillo de la nación.
Ni la derecha, el centro o la izquierda tienen cuentas limpias para poder llevar adelante procesos transformadores con la aprobación popular, al menos hasta que comprueben que pueden ser honrados a la hora de administrar nuestra república. Mientras tanto, la ciudadanía huérfana de proyectos nacionales.