Hace tres semanas El Trancura comenzó a investigar en torno a una preocupante denuncia proveniente del extranjero, la cual da cuenta de los malos tratos que supuestamente estarían recibiendo un grupo de chilenos y otros latinos en Nueva Zelanda. Los hispanohablantes viajaron al país de Oceanía con la esperanza de encontrar nuevas oportunidades laborales en el rubro de la construcción (mano de obra), todo bajo el alero de la fundación Abroad Global que desarrolla un programa titulado “Construyendo Nueva Zelanda desde Latinoamérica”. Mediante esta iniciativa se les entrega visas de trabajo y se les promete un acompañamiento para que los beneficiarios(a) logren integrarse al nuevo territorio. No obstante, los denunciantes que provocaron este reportaje aseguran que “no se cumplió con lo prometido” y que temen por su bienestar y el de sus familias. Cabe recordar que la Fundación en cuestión es la misma que firmó un convenio con la Municipalidad de Pucón y que se encontraba próxima a reclutar puconinos(a) para llevarlos a trabajar a Nueva Zelanda. Sin embargo, el municipio decidió suspender las relaciones con Abroad Global hasta que se aclaren dichos problemas. A continuación se presentará parte del relato que enviaron los chilenos denunciantes y también la versión de la contraparte que piensa tomar acciones legales por injurias y calumnias.
Los chilenos que entregaron su testimonio solicitaron estrictamente que su identidad no fuera revelada por miedo a represalias.
El denunciante 1 llegó a Nueva Zelanda el 13 de marzo de este año junto a su esposa y tres hijos atraídos por la promesa de un mejor futuro. Expresó en conversación con El Trancura que desde el primer día hubo muy poco acompañamiento por parte de Abroad Global: “Llegamos al aeropuerto y nos vimos solos, no sabíamos qué hacer. Afortunadamente mi hijo mayor habla algo de inglés y por eso pudimos tomar un taxi hasta el hospedaje”. Pasaron las jornadas y tuvo las primeras reuniones con la fundación y la empresa colaborativa Buildhub, encargada de asignarle empleo a los beneficiarios. Según contó el denunciante 1 a partir de la tercera reunión comenzó a notar “cosas extrañas”, pues había información que nunca antes le habían entregado; como que se debía autosolventar durante dos meses y no uno como le habrían indicado en un inicio. Debido a eso su esposa se vio en la obligación de comenzar a trabajar limpiando casas para generar dinero mientras Buildhub le asignaba un puesto de trabajo. También indicó que antes de viajar le aseguraron que no era necesario tener un nivel elevado de inglés, puesto que allá recibiría clases; cuestión que no ocurrió y que le ha generado sus principales inconvenientes: “Manejar un inglés fluido es súper necesario, para mí ha sido muy complejo darme a entender hasta el día de hoy y hay otros latinos a los que les costó mucho asignarles empleo ya que nadie quería contratarlos por no saber hablar inglés”. Finalmente. el 6 de abril el denunciante 1 ingresó a trabajar a una empresa llamada NCL, donde tampoco recibió una adecuada inducción (según su testimonio): “Llegué a la empresa y de inmediato otros latinos me dijeron que tenía que salvarme solo, arreglármelas solo porque Buildhub no aparecería más y así fue; no hubo ningún acompañamiento, ninguna capacitación o inducción. Me tuvieron un mes y medio tirado en el piso barriendo con una escoba y pala de mano en las casas. La promesa de desbloquear tu potencial nunca se cumplió”. Además, este chileno indicó que estando allá les dijeron que si renunciaban antes de un año y medio debían pagar una multa de 3 mil a 4 mil dólares neozelandeses y que tenían prohibido interactuar entre colegas a menos que fuera por cuestiones laborales, reglas que nunca antes les habrían mencionado. El denunciante también informó que hay otros latinos llevados por el mismo sistema que no lo están pasando bien, sufriendo incluso de depresión a causa de las preocupaciones y malos tratos. Cabe precisar que este denunciante gastó cerca de 15 millones de pesos en todo el proceso para llegar a Nueva Zelanda y asentarse con su familia.
El siguiente es el testimonio textual (enviado por whatsapp) del denunciante 2:
“Llegué a Nueva Zelanda en mayo de 2023 a trabajar para el programa Construyendo Nueva Zelanda desde Latinoamérica, previo a mi llegada me solicitan que envíe los pasajes y el lugar donde nos vamos a quedar las primeras semanas, así que envié la información, por lo que me quedé tranquilo pensado que me irían a buscar. Una vez pagada la visa me envían otro contrato de trabajo donde se me indica que no me pagarán los primeros 21 días, ya que el primer contrato que me enviaron indicaba que me empezarían a pagar desde una vez aprobada la visa (existe duplicidad de contrato). A mi llegada fui recibido por un amigo que ya estaba trabajando para Buildhub, el cual me advirtió que las cosas no andaban bien, llegué con mi señora y dos hijas pequeñas (de 3 y 9 años) a un airbn por 2 semanas mientras buscábamos casa definitiva, pero al no encontrar tuvimos que arrendas otro airbn. En ningún momento existió acompañamiento por parte de mi nueva empresa, lo que nos generó una crisis dentro de las finanzas. ya que en el curso te explicaban que no era difícil encontrar casa. Cuando voy a la primera entrevista el día martes me llevo la sorpresa que la empresa no era una constructora si no que era una empresa de prestación de mano de obra a otras empresas, contrario a lo publicado y ofertado en los distintos medios y páginas web de la compañía durante el 2022. A los 21 días de estadía en Nueva Zelanda y ya adquirido un vehículo solicitado por la empresa, me piden que me presente a un sitio vía mail, la situación ya era un estrés para mí ya que no conocía el área y mi señora tenía que abandonar el lugar donde estábamos durmiendo junto a mis hijas en dirección incierta buscando un nuevo lugar, ya que no podíamos encontrar casa definitiva porque no conocíamos el país y mucho menos hablamos el idioma, siempre pensé que la compañía me acompañaría en este proceso ya que sus videos y programa se mostraban siempre muy amables. Durante mi presentación en el sitio de trabajo me indican que debo presentarme como una persona contratada por la empresa HUSTLE (no entiendo nada) y trabajar para la compañía ENERGY, durante ese día estuve todo el tiempo moviendo cajas supervisado por el personal de Energy quien nos habla en inglés generando una situación tensa y agobiante. Por los siguientes días los trabajos fueron intermitentes; algunos fui de día, otros de noche y otros se cancelaron durante mí traslado. En las siguientes semanas me envían otra vez a trabajar para la empresa Hustle y nuevamente se repite la historia, debo mentir y presentarme como trabajador de esta compañía y ejecutar para una tercera, realizo trabajos pesados, debo mover ventanales, muebles y mamparas, no entiendo mucho los protocolos de seguridad ya que me hacen firmar documentos en inglés y no logro entender los riesgos, no puedo decir nada ya que arriesgo una carta de amonestación según dicen mis compañeros temerosos, el manager de la compañía (a esta altura no sé para quien trabajo) me solicita que me presente en horarios de madrugada, por ejemplo un día de las 3 de la mañana hasta las 9 de la noche que llegué a mí casa, mí cansancio es extremo esto se repite en diferentes días y no puedo decir nada. El miedo es parte de mí día a día y la incertidumbre económica es agobiante, he dejado todo en chile y las deudas contraídas para llegar a este sueño prometido son a esta altura casi una sentencia de muerte. Mi salud se ha deteriorado, gracias a Dios mis hijas están comiendo en la escuela lo que alivia mi bolsillo. Particularmente -y esto me duele decirlo porque mí señora no lo sabe- cuando algunos días salgo a trabajar a mí no me alcanza para comer; el presupuesto se me va en el combustible para trasladarme a las obras. Me siento cautivo de una situación que no elegí. Imploramos ayuda, somos personas buenas, soy un profesional ingeniero mecánico que buscó salir con su familia de los problemas políticos y de seguridad de mí país donde a diario mueren cientos de inocentes producto de la delincuencia y el narcotráfico, a mi llegada fui recibido por un amigo que ya estaba trabajando para Buildhub, el cual me advirtió que las cosas no andaban bien y que no me irían a buscar al aeropuerto como lo prometían en sus diversos videos y promociones, llegué con mi señora y dos hijas pequeñas de 3 y 9, nos costó mucho trabajo y dinero poder asentarnos y encontrar casa durante las primeras semanas, traté de consultar a la oficina central por apoyo logístico tal como lo describían en los cursos pero no tuve respuesta… posterior a mis 21 días de llegada a nueva Zelanda se me asignó un lugar de trabajo e inmediatamente me di cuenta que las obras o empresa constructora prometida no existía ya que estaba siendo vendido como peón a diferentes compañías, algunos días tenía que hacer aseo, otros días recoger cajas y otros días mover diferentes muebles, todo para distintas empresas las cuales muchas veces no sabían ni quién era yo ni para qué empresa trabajo porque se me hace mentir y decir que vengo de empresas constructoras como Husle. Mi sueldo no alcanza para vivir, somos 4 personas y aunque muchas veces trabajo más de la media para obtener más horas de trabajo siempre me pagan 33 horas, la situación económica es difícil”.
Para dar a conocer la versión de la contraparte El Trancura se contactó con Patricio Barrera, parte del equipo de Abroad Global, quien expresó (el texto se copió textual de un correo electrónico):
“La llegada a Nueva Zelanda es responsabilidad del trabajador, como se ha establecido en la documentación proporcionada con varios meses de antelación a la fecha de llegada. En dicho material se incluyen las opciones de transporte disponibles desde el aeropuerto hasta el lugar de alojamiento, y contamos con pruebas documentales que respaldan esta información. Desde el inicio, se comunicó a los trabajadores, a través de un minicurso y videoconferencias, que tendrían un período de adaptación en el país que podría extenderse hasta 21 días, dependiendo de los términos del contrato. Durante este tiempo, no se asignaría trabajo de inmediato, y el primer pago se efectuaría después de 15 días hábiles, en conformidad con el ciclo de pagos establecido en el contrato. En el caso de que un empleado no fuera asignado a un trabajo específico, recibiría la compensación conforme a lo estipulado en el contrato, en conformidad con las leyes migratorias y laborales de Nueva Zelanda. Este período de espera se concibe para facilitar la realización de trámites necesarios, como la apertura de una cuenta bancaria, el proceso con el IRD y la obtención del “site safe passport”, así como para permitir la adaptación a los horarios locales en Nueva Zelanda. Contamos con pruebas tangibles que respaldan esta orientación.
Se informó a todas las parejas de los trabajadores que tenían la opción de buscar empleo, pero no estaban obligadas a hacerlo; esta decisión siempre quedó en manos de cada individuo. Esta información fue proporcionada en el contexto del módulo migratorio del minicurso, junto con una guía detallada sobre los aspectos financieros que los individuos deberían considerar al presupuestar su estadía en Nueva Zelanda, incluyendo gastos de vida, alojamiento, alimentación, transporte, entre otros. Cada persona fue alentada a calcular sus propias necesidades basándose en la información proporcionada, considerando su situación familiar y tomando decisiones informadas.
Aunque se estableció que no se requería un nivel de inglés avanzado, sí se hizo hincapié en la importancia de poseer habilidades de conversación en inglés para interactuar con clientes constructores y responder a preguntas técnicas relacionadas con el trabajo. Se mantiene la oferta de clases de inglés gratuitas de manera presencial.
Desde el inicio, se comunicó de manera consistente que el inglés es el idioma oficial en Nueva Zelanda y se fomentó el desarrollo del inglés a través de cursos compartidos con anticipación y materiales de estudio relacionados con la industria de la construcción en el país. Además, se llevaron a cabo clases voluntarias de inglés, aunque algunos empleados optaron por no participar debido a ciertas consideraciones. Actualmente, el 70% de nuestros trabajadores ha completado las capacitaciones en inglés y construcción.
Todas las empresas de construcción con las que colaboramos cumplen con las inducciones requeridas en Nueva Zelanda, conocidas como “toolbox meetings”. Además, todos nuestros trabajadores cuentan con su acreditación “site safe passport”, que detalla las pautas de seguridad en obra de acuerdo con los estándares neozelandeses, complementado con las inducciones realizadas en nuestras oficinas desde su llegada. Hay evidencia documental que respalda estos procesos. Los roles ofrecidos por Buildhub se ajustan rigurosamente a las descripciones laborales acordadas previamente en Chile. Contamos con pruebas que sustentan esta afirmación.
Es completamente falso que se aplique una indemnización a los trabajadores que decidan dejar la empresa. Siempre hemos respaldado el progreso profesional de nuestros empleados en Nueva Zelanda, incluso proporcionando cartas de recomendación para facilitar oportunidades laborales futuras. Lamentablemente, algunos trabajadores han incurrido en prácticas incorrectas, como presentarse en los sitios de trabajo los lunes, alegar enfermedad y, a pesar de ello, continuar recibiendo el pago mínimo de 33 horas estipulado en sus contratos, mientras realizan trabajos “informales” con otros empleadores de manera ilegal, con el propósito de obtener ingresos adicionales y perjudicando económicamente a la empresa.
Cada caso es único y se proporciona una explicación detallada de los costos relacionados con la adaptación al país. BUILDHUB solo ofrece oportunidades laborales en Nueva Zelanda que cumplen con las leyes vigentes del país, comunicando desde un inicio la descripción del trabajo y el salario correspondiente en el país. Abroad Global, por otro lado, proporciona información gratuita a través de su plataforma digital.
No existe duplicidad de contratos, ya que la legalidad de un contrato requiere la firma de ambas partes. Si bien es cierto que existen diferentes plazos de asignación en los contratos, estos están establecidos claramente en términos contractuales. En ningún momento se informó que los pagos estarían condicionados a la aprobación de visas; esta afirmación es incorrecta. Se ha brindado información detallada en múltiples ocasiones, tanto durante el minicurso como en comunicaciones posteriores a la aprobación de las visas.
Se espera que los trabajadores realicen sus propios cálculos en función de los términos estipulados en el contrato. No es responsabilidad de la empresa tomar decisiones personales en relación con la formación de grupos familiares numerosos. Desde el inicio, se recomendó inicialmente viajar solos durante los primeros meses para establecerse en el país antes de que el resto de la familia se trasladara.
Nunca se afirmó que encontrar alojamiento fuera “fácil”. Aunque se brindó asesoramiento y guías detalladas, la responsabilidad de encontrar alojamiento recae en cada individuo y no constituye una obligación de la empresa. En ningún momento se mencionó que la empresa es una entidad constructora; siempre se comunicó que operamos en el ámbito de la industria de la construcción. La adquisición de un automóvil nunca fue un requisito obligatorio; simplemente se ofrecieron recomendaciones de lugares económicos para considerar. Los trabajos y tareas asignados en el lugar de trabajo se detallan minuciosamente en las guías y en el contrato laboral”.
Por su parte la Municipalidad de Pucón decidió suspender las relaciones que mantenía con la fundación neozelandesa, poniéndole una pausa a dos iniciativas impulsadas en conjunto: visas de trabajo para puconinos y pasantía de estudiantes. Por lo mismo desde el Departamento de Educación Municipal se le envió el siguiente correo a Patricio Barrera de Abroad Global.
Además, el alcalde Carlos Barra expresó en el último concejo municipal: “Alguien envió desde Nueva Zelanda información señalando que la fundación tenía problemas respecto a incumplimientos de lo que habían prometido. Por eso di la orden de abstenernos y no hacer más reuniones con puconinos sobre visas de trabajo, ante la duda lo mejor es abstenerse hasta que se aclare”.