El aspecto del Lago Villarrica ha llamado la atención de turistas y residentes en Pucón durante los últimos días, más aún luego de que se viralizara a través de redes sociales un video aéreo donde se logra apreciar en detalle como una tonalidad verde se ha apoderado de gran parte de las aguas a orilla de Playa Grande y sector La Poza. Ante esto el Ministerio de Salud reveló un informe que da cuenta de los niveles de toxicidad del vital elemento, los cuales contemplan 10 microgramos de microcistina por litro de agua. La microcistina es la toxina que arrojan las algas, fenómeno natural que explicaría la coloración verdosa.
En este marco, Félix Contreras, Seremi de Medio Ambiente de La Araucanía señaló que las aguas del lago siguen siendo aptas para actividades recreativas, por lo que el bañarse allí no implicaría un riesgo para la salud, aunque sí se podrían producir malestares al consumir estas aguas.
La autoridad de gobierno precisó:
“En Chile no existe una norma para microcistina, sin embargo, como referencia la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece niveles de riesgo y hace una diferenciación entre las aguas que son para uso recreacional y para beber. En el caso del Villarrica que es de uso recreacional no habría problema, ya que los niveles de microcistina están por debajo de los 20 microgramos por litro”.
Jimena Sanhueza, integrante de MAI, movimiento ambiental de Pucón, lleva años intentando visibilizar esta problemática y presionando a las autoridades pertinentes para que se pueda entregar una solución. La activista accedió a ser entrevistada por El Trancura:
¿Cuál cree usted es la causa del estado del Lago Villarrica?
“Desde los años 80 la ciudadanía y la ciencia han manifestado el cambio de las aguas que lo ha llevado a un proceso de eutroficación, que se refiere al aporte en exceso de nutrientes inorgánicos (procedentes de actividades humanas), principalmente nitrógeno (N) y fósforo (P), en un ecosistema acuático, produciendo una proliferación descontrolada de algas fitoplanctónicas y provocando efectos adversos en las masas de aguas afectadas.
La norma secundaria ratifica la superación de los parámetros y es por ello que tanto las grandes aportantes, como las pisciculturas, la planta de tratamiento de aguas servidas, la pérdida de capa natural y en general la no consciencia de que cada acto lleva a una secuela en los ecosistemas suma a este estado de contaminación”.
¿Qué cree usted que hace falta para solucionar esta problemática del lago?
“Es necesario que los servicios implementen procesos informativos y de restauración ecológica y la implementación de un proyecto de saturación donde se incluyan las observaciones ciudadanas, en nuestro caso una restauración ecológica en humedales, quienes cumplen un gran rol de retención y las riveras de los ríos.
La validación de los sistemas alternativos de tratamiento de aguas servidas, baño seco, humedales y otros que son más eficaces que una planta de tratamiento. Falta educación e información clara, precisa, que nos lleve a revertir el actual estado de la cuenca”.
El Seremi de Medio Ambiente de La Araucanía dijo que la gente puede continuar bañándose sin correr riesgo para su salud ¿qué piensa de esto?
“Lamentablemente el Seremi que asume recién desconoce el trabajo desde el 2018, dónde la seremi de salud se comprometió en protocolos de toma de muestras en caso de episodios de bloom y protocolos de salud.
Me parece irresponsable que no teniendo la información clara y en el tiempo emita ese comentario. Hay que aclarar que el kit que actualmente usa la seremi de salud solo marca máximo de 10, por ende no sabemos el valor real de la microcistina en las aguas. Es urgente normar sobre los episodios de bloom de algas y aplicar de forma correcta y a tiempo (primer episodio de bloom el 21 de diciembre y el nuestro se hace el 29 de diciembre) los protocolos antes mencionados.
La responsabilidad de informar y actuar es de los servicios quienes hoy después de tantos años están siendo reactivos y no eficientes en la protección de la salud humana y los animales”.